Percepción -Bertrand Russell
Percepción¹
“La <percepción> parece a primera vista algo perfectamente claro. <Percibimos> el sol y la luna, las palabras que oímos hablar, la dureza o blandura de las cosas que tocamos, el olor de los huevos podridos, o el sabor de la mostaza. No hay duda acerca de los hechos que describimos de esta manera, pero lo que es discutible es nuestra descripción. Cuando <percibimos> el sol, ha habido un largo proceso causal, primero en los noventa y tres millones de millas de espacio intermedio, luego en el ojo, el nervio óptico y el cerebro, no podemos suponer que el acaecer <psíquico> final que llamamos ver el sol tenga mucha semejanza con el sol mismo. El sol, como la cosa en sí de Kant, permanece fuera de nuestra experiencia y sólo es conocido, si acaso lo es, por una inferencia difícil a partir de una experiencia que llamamos <ver el sol>. Suponemos que el sol tiene una existencia fuera de nuestra experiencia porque mucha gente lo ve así de inmediato y porque muchas cosas, tales como la luz de la luna, se explican muy sencillamente suponiendo que el sol ejerce efectos en lugares donde no hay observadores. Pero ciertamente no <percibimos> el sol en el sentido directo y simple en que <parece> que lo hacemos antes de que nos hayamos dado cuenta de la elaborada causación física de las sensaciones. pp 88-89.
“Podemos decir, en un sentido libre, que <percibimos> un objeto, cuando nos sucede algo cuya causa principal es ese objeto, y cuando es de tal naturaleza que nos permite hacer inferencias respecto al objeto. Cuando oímos hablar a una persona, las diferencias en lo que oímos corresponden a las diferencias en lo que ella dice; el efecto del medio interpuesto es, poco más o menos constante y puede ser, por consiguiente, más o menos ignorado. De manera semejante, cuando vemos una mancha de rojo y una mancha de azul lado a lado, tenemos derecho a afirmar alguna diferencia entre los lugares de donde viene la luz roja y azul. De esta manera podemos intentar salvar el concepto de <percepción>, pero nunca lograremos darle exactitud. El medio interpuesto tiene siempre <algún> efecto deformante; el lugar rojo puede parecer rojo a causa de una niebla intermedia, o el lugar azul porque llevamos anteojos de color. Para hacer inferencias respecto al objeto, partiendo de la experiencia que, naturalmente, llamamos una <percepción>, debemos conocer la física y la fisiología de los órganos de los sentidos y tener una información exhaustiva sobre lo que hay en el espacio intermedio entre nosotros y el objeto. Pero todo el calor y la inmediatez implícitas en la palabra <percepción> se habrán desvanecido en este proceso de inferencia por medio de fórmulas matemáticas difíciles, En el caso de objetos distantes, como el sol, esto no es difícil de comprender, pero es igualmente cierto de lo que tocamos, o leemos y gustamos, puesto que nuestra <percepción> de tales cosas se debe a elaborados que marchan a lo largo de los nervios hasta el cerebro. pp 89-90.
“La ciencia depende de la percepción y la inferencia; su credibilidad se debe al hecho de que las percepciones son las que a cualquier observador le es posible verificar”pp 122-123.
¹ Russel Bertrand, Religión y Ciencia, Fondo de Cultura Económica, tr.Samuel Ramos,1951,México, D.F.
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